Pas de Deux: Gretchen y Yossie Galindo
Josécuba




Siempre he admirado a las personas inteligentes por razones obvias, pero si de mujeres se trata, tengo que ser sincero y admitir que en mí, ese sentimiento se agiganta. Presumo de tener un círculo de amigas profundas del que me siento orgulloso, y es por ello que al ser designado por la Peregrina Magazín a entrevistar dos mujeres con inteligencia y talento, me resultó de gran satisfacción. Ahora me encuentro en el portal confortable de la casa de Gretchen Galindo, nos acompañan su hija Yossie, y su inquieta e incansable nieta Melissa.

El nombre con que te conocen millones de cubanos es Gretchen Galindo, ¿cual es tu nombre completo en realidad?

Gretchen Galindo. Muchas personas han pensado siempre que es un nombre artístico, porque realmente es un nombre artístico, pero eso fue obra de mis padres. De todos modos soy Gretchen Regina, nombre que sólo uso en algunas circunstancias. Cuando quiero esconder a la Gretchen, entonces soy Regina.
 
¿Que te motivó a dirigir tu vida hacia los medios de difusión e información masivos? ¿Hay alguna influencia que te llevara a ello?

Fue algo totalmente accidental. Yo desde que tengo uso de razón quise ser locutora y actriz, eran mis sueños, recuerdo que enfilé mi vida hacia ello. Dentro de la locución tengo la suerte de haber hecho de todo: recorrí toda la gama en televisión, radio, cine, teatro, como presentadora y animadora; hice programas de música, entrevistas, pero finalmente terminé en las noticias por esas cosas de la vida. Realmente no era mi intención, no era mi objetivo, pero me pidieron que trabajara un tiempo en Radio Reloj y estuve allí muchos años. Me lancé en esa dirección y estudié periodismo; resulta que al final mi mayor popularidad ha sido o fue en los medios de difusión, es decir en la noticia que llegué a querer muchísimo.

Dicen que la noticia era lo que mejor se pagaba en la televisión cubana, ¿es verdad?

¡No hombre, no! A nosotros nos pagaban de acuerdo con la evaluación, si eras locutor A, B, o C, así ganabas, no por lo que hicieras, pero sabes algo, la locución cubana es buena. Hace muchos años yo estoy afuera y no sé cómo está ahora, pero siempre hubo una tradición en Cuba, hay toda una serie de cosas allá que tradicionalmente fueron buenas, y entre ellas la locución y la actuación. Realmente pienso que al menos en mi tiempo, quienes nos evaluaban tenían autoridad para hacerlo, mis respetos para ellos.

¿Existe algún tema tabú del que no quisieras hablar, que te sea complicado?

No, realmente no, y además, a estas alturas de mi vida, creo estar abierta a cualquier conversación, tengo mucho de qué hablar para comunicar mis experiencias.

Sabes que eres un mito para los cubanos, sobre todo entre la generación que vio tu desarrollo en televisión y radio. Sería interesante saber cómo fue que te convertiste en la persona que tanto llegamos a admirar.

A ver si puedo hacer corta una historia larga: la vida es muy circunstancial. Cuando triunfó la revolución yo no estaba en capacidad de decidir, era una adolescente de 12 añitos. El que decide nuestro destino al no irse del país fue mi padre, yo tengo que escoger ese derrotero. En los primeros tiempos todo fue grandilocuente y hermoso: "por los pobres y para los pobres", "por los humildes y para los humildes", "verdes como las palmas", etc. Me incorporé con amor, ni me engañaron ni me arrastraron, lo hice idealizando aquello que supuestamente era para el bien de la humanidad, lo que pasó es que mientras más cerca estaba de la élite, más me daba cuenta de la realidad, y eso fueron los cambios que se sucedieron en mi. En primer lugar como te dije, la locución fue mi objetivo, lo que siempre soñé. Recuerdo que cuando era niña, tomaba las revistas y me ponía a leer los anuncios como si fuera una locutora, eso era lo que yo quería ser, nací para comunicadora honestamente. Cuando yo era secretaria en la Cámara de Comercio de Cuba, y trabajaba en la Industria Alimenticia, surgió una convocatoria para un curso de locución, y fue muy simpático porque una amiga me avisó, y me inscribí, luego me presenté, pero da la casualidad que en los días de los exámenes me había enfermado con gripe y de la garganta, no podía emitir una palabra, no examiné. Días después me sentí bien, indagué, fui a capacitación y les explique a "esa persona" lo que me había sucedido, que de ninguna manera, que ya no era posible porque la convocatoria había pasado. Le insistí, que por favor ese era mi sueño, lo que siempre quise ser en mi vida, y como la funcionaria insistía en su negativa, le dije y no se me olvidará jamás: está bien, yo me voy, pero sepa que se van a perder tremenda locutora. Yo estaba convencida de que eso era lo mío. Y dio resultado, pues cuando di la espalda para irme parece que eso la impresionó y me dijo: no espera, espera; llamó a Eduardo Rosillo, le contó lo que me pasaba, y le indicó que me hiciera una prueba en ese instante, así lo hizo él, y al regreso de la prueba Rosillo le dijo: esta muchacha es locutora ya, chica. Así comenzó mi carrera.

Estamos hablando del año…

Te estoy hablando del año 68, porque yo hice el curso y empecé en la locución oficialmente en el 1969, y de ahí fueron 25 años de una carrera que adoro…

Y que te agradecemos. ¿Qué crees de la política en general?

Después de todo lo que he vivido es una pregunta difícil, no puedo sustraerme a la política, y realmente pienso que aquel que dice: "yo soy apolítico", en realidad en el fondo de su ser sabe que no es cierto, aunque no se lo quieran confesar a sí mismos. La política se mete en todo, siempre va a influir en las vidas, creo es lamentable su manipulación en cualquier lugar, de una manera u otra, en algunos sitios mejor, en otros peor, según el nivel de desarrollo del país, etc., pero siempre hay manipulación en la política, y lo mismo opino con la información, es manipulada en todas partes y en dependencia de los intereses de quien controla los medios.

¿Y cómo fue que Gretchen Galindo llegó a ser la presentadora oficial de la máxima figura dirigente en Cuba?

Eso no era exactamente así, porque en realidad yo no era la presentadora de Fidel, su presentador oficial era Manolo Ortega; yo sí lo presenté en las Ferias de la Habana, porque ese era mi trabajo en la feria, pero nunca en actos públicos como en la Plaza, no llegué hasta ahí. De todos modos sí estuve cerca de él, en entrevistas, noticieros...

¿Tenías alguna preparación previa? Porque se sabe que cuando se presenta una figura con tanto arrastre, se mueve mucho alrededor. ¿Había algo especial que se hacía? Cuéntame de esos momentos.

Lógico, lógico, yo en las ocasiones en que lo entrevisté y conversé con él, ahí estaba toda la guardia personal, la custodia. Primero revisaban las carteras, las cámaras, todo cuanto llevabas era revisado con mucho cuidado. Una vez que entrabas al lugar donde él estaría, no podías salir ni entrar, y si no llegabas a tiempo y él ya se encontraba en el lugar, olvídate que no entrabas, ellos son muy rigurosos en eso.

Cuando trabajabas en esas altas esferas, ¿llegaste a creer en algún momento en lo que informabas, en lo que decías?

Como no, absolutamente, por supuesto que sí, y justamente esa es una entre muchas de las razones por qué me voy de Cuba, dejé de creer en lo que hacía y ya no podía seguir, me dolía, me daba pena con el pueblo, me resultaba bochornoso, y si lo dejaba quedaba en evidencia. La única opción era irme. Ya yo no tenía cara para hablar, ya no creía en aquello. Pero lógicamente hubo una etapa en que sí creía, siempre fui muy respetuosa con los que me escuchaban, yo creía de corazón. Cuando fue pasando el tiempo fui creyendo menos, y se me hacía más difícil, porque justamente al comunicador por lo menos en mi opinión, le gusta comunicar la verdad, la que piensa que es buena para el público al cual se está dirigiendo.

¿Existen algunas anécdotas, opiniones, sobre limitaciones, obstrucciones y/o censuras en el desempeño de tu trabajo como presentadora insignia en Cuba?

Sí claro, allí la verdad es que detrás de las cámaras no se puede decir nada que no pase por un tamiz, y aunque puedas hacer un reportaje, una crónica, el más mínimo trabajo siempre tiene que pasar por ese tamiz y ser aprobado primero. Sí, tuve momentos de discusiones, para ponerte un ejemplo: una vez tuve una discusión porque un equipo deportivo no recuerdo si era de pelota o de esgrima ganó un premio muy importante, en Francia me parece, y Fidel asistió a la ceremonia de premiación del equipo en Cuba. El titular de la primera nota en el noticiero estelar decía: "Asiste Fidel a la ceremonia de premiación…" yo no quería hacerlo así, dije: Caballeros, la noticia está en que el equipo deportivo tal, ganó el premio en la competencia mas cual, a cuya ceremonia de premiación asistió Fidel. No me dejaron; discutimos, me cuestionaron, y de manera concluyente me indicaron: mira Gretchen, siempre que Fidel esté, haga lo que haga, la principal noticia es él.

La vida no sólo consta de blancos y negros. ¿Crees que en la oscuridad hay fragmentos recuperables?

Yo creo que sí, justamente porque todo no es blanco o negro, ni siquiera eso que se dice negro lo es totalmente, yo creo que hay matices más claros, más oscuros, y que hay cosas aprovechables que se deben recuperar.
 
Sabemos que recientemente falleció tu madre, lo siento mucho, también tengo conocimiento de que era músico, cuéntanos un poco sobre ella y su influencia en ti más allá de su labor de madre.

Fue una mujer maravillosa, muy elegante, muy dulce, suave... nos aportó mucho, no sólo como madre, sino el amor al arte, el gusto por la música, la disciplina para el trabajo. Mi madre era una persona que adoraba el violín, tocar ese instrumento en la Orquesta Sinfónica es algo que pocas mujeres logran. Dio el primer concierto a los 8 años, y recuerdo que nos contaba que no tuvo niñez, y no porque la obligaran, sino porque lo de ella era el instrumento, y tenía que cuidarse las manos. Mientras los otros niños estaban mataperreando en las calles, ella estaba ensayando. A mí me pasó con la locución. Ella sabía que lo que deseaba era ser violinista, y esa fue su adoración. Fue una mujer maravillosa, nos aportó también en muchas otras cosas, como el trato con las personas. Era muy distinguida. Estuvo en la Orquesta del Teatro de la Opera, en el musical, y finalmente en la Orquesta Sinfónica durante muchos años, hasta que se jubiló después de unos 30 años de trabajo. Fue algo muy lindo y no sé cómo calificarlo pues una mujer como ella que siempre supo que la música era su vocación, se casó con mi padre —un hombre maravilloso también—, tuvo tres hijas —de las cuales yo soy la más pequeña—, y se dedicó a su familia. Después que nosotras empezamos a hacer nuestras vidas, entonces dijo, bueno, ahora me toca a mí; retomó su violín, y realizó toda esa trayectoria maravillosa.

Se nota que las mujeres de tu estirpe son fuertes, templadas, tu prima Karín Aldrey es pintora, y Yossie tu hija, te ha seguido los pasos triunfando en la televisión floridana. ¿Como podrías explicar tantas mujeres inteligentes en una sola familia?

Yo pienso que es una cuestión de cuna. Mi mamá fue un ejemplo tremendo, la madre de Karín que era hermana de la mía, también fue muy luchadora, con una gran sensibilidad, estudiosa, simpática, y muy fuerte para enfrentar la vida, y nosotros fuimos tres hijas, una de mis hermanas es pintora como Karín, y eso sigue de generación en generación; ahora mi nieta está estudiando piano, que le viene por todas partes, por el padre —Manolín, El Médico de la Salsa— y por Yossie de parte de ambas abuelas, la bisabuela, como también el bisabuelo, que era el padre de mamá y un gran músico que tocaba varios instrumentos musicales, en fin, ya ves.

¿Cómo llegaste a Miami?

Bueno, a veces me da pena cuando escucho hablar de la disidencia en Cuba, me siento chiquitica, pienso que quizás debí haberme quedado y estaría en la disidencia sin lugar a dudas. Pero decidí irme entre otras cosas por mi hijo, yo quería sacarlo de allí, si nos quedábamos, él terminaría en la cárcel seguramente y eso me tenía muy preocupada. Desde que entró en la pubertad y comenzó a pensar por sí mismo nunca entendió el sistema, jamás, y tuvo muchos problemas. Decidí entonces irme, pero de la decisión a lograrlo puede pasar una gran cantidad de tiempo, esperando están todavía muchas personas. Logré salir con mi hijo a Italia en un viaje supuestamente turístico pagado por una agencia Italiana de modas, ya que entre otras cosas yo hacía muchos desfiles de modas, me dediqué a eso también. Trabajaba en "La Maison", y con firmas extranjeras que hacían desfiles, pasarelas... Me llamaban porque yo lo hacía en español y en ingles para el turismo. Logré salir así para casa de unas amistades que nos ayudaron. Para hacerte el cuento corto, de Italia pasé a España, y de allí para acá con un pasaporte falso. Llegué aquí sola pues mi hijo se quedó en España y mi hija en Cuba. Mis primeros tiempos fueron muy pero muy duros, te digo que lloré mucho, mucho, mucho; pero ya los tengo a todos juntos.


Autoexclusión o cautela, ¿por qué Gretchen Galindo con una trayectoria gigante, y una voz privilegiada, no se ha vinculado a los medios, sobre todo a la televisión de Miami, donde los artistas que llegan de Cuba y otros países buscan vincularse?

Déjame ponértelo lo más sencillo posible: llegar sola a este país como te dije no es fácil, no me podía dedicar a buscar, a ver dónde entrar, qué hacer, tenía que salir a buscarme los cuatro pesos, pero además, no me sentí con fuerza moral para dirigirme a éste público, me costaba trabajo, no obstante, a que yo llegué a los altos niveles en mi profesión por calidad, no por ser militante del partido, ni de la Juventud, ¡es que yo no sé, ni como llegué a eso! Te juro por esa nieta que esta ahí, que es así, y eso además se puede comprobar. Sí, realmente autoexclusión, y otra razón fue que no sabía comunicarme de la manera que se hace aquí, el lenguaje es otro.


Yossie ha estado en silencio escuchando con admiración y respeto a su madre, y aprovecho para dirigirle las preguntas. Yossie ¿quien es Gretchen Galindo?

Te digo que yo soy, su copia fiel, nos parecemos tanto que somos casi exactas en todas las virtudes y defectos. Heredé la misma vocación, y mientras más envejezco, más me parezco a ella, yo soy mi mamá, y me gusta que así sea. La veo ahora, una mujer de 60 años tan vital, tan entera… Creo que lo que me falta de ella es esa felicidad eterna que posee y la hace lucir tan encantadora, tan joven, es mi más grande deseo ser como ella, a eso aspiro y siempre lo intento.

¿Que significó para ti crecer al lado de una madre y una abuela tan talentosas? ¿Cómo eran ellas contigo? ¿Cómo fue esa niñez y adolescencia?

No significó, significa lo que soy. Yo tuve una niñez y una adolescencia muy lindas, no tengo nada feo como referencia de esos tiempos. Quizás hubiera querido estar más tiempo junto a mi mamá, me faltó un poco, pero gracias a Dios, tenía a mi abuela y por eso no fue traumático para mí, era como tener a mi madre. Hoy, si me sale un trabajo en la mañana, trato de no aceptarlo para estar más tiempo con mi hija , porque viví la experiencia trato de evitarla. A veces conversamos mucho sobre esos momentos de su vida y la mía, ella se culpa por que estuvo poco, pero siempre le digo que si ella no hubiera sido tan feliz realizando sus sueños, yo no hubiera sido también la persona feliz que fui, y la que soy. Le agradezco que haya hecho lo que quería, sobre todo porque yo tenía a mi abuela. Aquí en USA es diferente, es un país más difícil, no tienes a toda la familia, allá estaban mis tías, mis primos, mi abuela, y mi mamá lo sabía, aquí no, aquí ella trabaja, no somos tantos, y yo no puedo recargarla con problemas.

Los jóvenes siempre se apegan a los viejecitos, me hablas de tu abuela y veo que eras muy cercana a ella. ¿Cuán difícil fue renunciar a sus caricias por salir a la libertad?

Cuando yo salí ya había volado de ese nidito, yo estuve muy apegada a mi abuela de chiquita, pero no hasta que crecí, buena parte de mi infancia sí, pero después me mudé a vivir con mi mamá. No obstante, fue difícil separarme de toda la familia. Salí con mi hija de año y medio, yo estaba intentándolo un año antes —ya mi mamá estaba aquí. Cuando vine había un gobierno demócrata aquí, Bill Clinton era el presidente y bajo su gobierno existían intercambios culturales, algunos artistas de Cuba venían a festivales y otros de aquí iban allá. Yo vine el año anterior con mi esposo Manolín, no me habían dejado sacar a la niña y mi mamá no la conocía. Al regreso ya no vivía, estaba desesperada y quería irme aunque fuera para Haití, fue un año muy duro. Pero al año siguiente, hubo otro intercambio cultural, estábamos convencidos que no dejarían salir a la niña pues sólo tenía un año y medio, pero no me preguntes cómo Manolín engañó a los funcionarios, él hizo un listado y nos incluyó como parte del grupo. Parece que no se dieron cuenta, quizás el que hizo los papeles no se fijó que la foto era de una niña, o tal vez quisieron que fuera así. Hoy por hoy, no sé qué pasó.

¿Te sientes realizada en América TV, cuáles son tus aspiraciones?

Por supuesto, el canal me ha dado muchas satisfacciones: poder hacer en este país lo que me gusta, y que me remuneren por eso. No tener dos o tres trabajos es una bendición. Ya llevo seis años en la televisión, me encantaría tener un programa, también un programa con mi mamá, de hecho lo estamos planificando, aspiramos a hacer algo juntas y el canal lo quiere también, o sea, que puede ser un proyecto bastante cercano. Lo que más quisiera es estar en mi país haciendo televisión, y ojalá muy pronto pueda hacerlo. Estudie dirección de radio cine y televisión; mi pasión es la televisión, y ahora el cine. Pretendo hacer radio, pero no he tenido la oportunidad, aunque en realidad adoro la televisión, no sólo la cámara, sino que todo lo que tiene que ver con ese mundo me fascina; la radio es más objetiva, pero la televisión es mágica.

¿Cine?

Fíjate si me parezco a mi mama que yo siempre quise ser actriz, de hecho estudié actuación cuando era más joven, y ahora acabo de hacer una película que saldrá en enero, y por ahí voy a seguir, me gustó mucho la experiencia. Es cine independiente, un thriller, se llama "Doble Vida", y ya no puedo decir nada más sobre eso, te doy la entrevista cuando salga.

Y yo te tomo la palabra. ¿Dónde crees que se quedan tus sueños: Miami, La Habana u otra parte del mundo?

Habana y Miami, ni siquiera hablo de USA, que con todos los defectos que tiene este país, debo hacer la lista de lo que le agradezco. Yo soy agradecida de verdad. Miami es renacer, pues cuando me fui de Cuba ya no tenía a donde ir, y mira aquí como he caminado y todavía no lo suficiente. Me encantaría trabajar en mi tierra pero yo volví a nacer aquí. Miami me ha hecho descubrir cosas que no sabía y que quizás en Cuba no habría sido capaz de lograr, porque como no puedes hacerlas, no sabes de lo que eres capaz.

Gretchen intuye que voy a concluir con la entrevista, y se apresura:

Quiero decirte algo más: que a pesar de interrumpir mi carrera que tanto amé por salir para el exilio, no vivo en el pasado, yo soy una persona que miro siempre hacia adelante, no tengo frustraciones en ese sentido, logré hacer todo dentro de la gama de la locución, me realicé en ello, pero la mayor realización en mi carrera ha sido el cariño del pueblo; constantemente lo recibo y quiero que por favor, trasmitas mi agradecimiento a todo el que me lo ha expresado.

La conversación siguió de manera informal, hablamos sobre temas variados, y pude agradecerles no sólo por aceptar realizar la entrevista, y la amabilidad de ambas, sino también por hablar sin tapujos sobre temas íntimos que siempre habían sido enigmas, sobre todo para los cubanos.

Miami, diciembre/2007
Exclusiva para La Peregrina Magazine


Indice
Foto: Ana Martínez de la Junquera y Hernández, madre de Gretchen Galindo y abuela de Yossie Galindo
Gretchen Galindo y Josécuba
Izquierda:Yossie Galindo.
Derecha: Yossie, Gretchen y Melissa

¿Y en el caso de Cuba?

No, en el caso de Cuba yo… es tan penoso. Yo tendría mucho que decir sobre eso, imagínate… es una pregunta muy profunda. Pienso muchas veces que Fidel tuvo en sus manos hacer de Cuba un paraíso, porque en el momento que él surge en contraposición a lo que se estaba viviendo con Batista, obtuvo un apoyo enorme del pueblo cubano. Si en lugar de dejarse llevar por su megalomanía, se hubiera dedicado realmente al país, habría hecho una maravilla de Cuba, pero ese no era su verdadero interés.