​​Los símbolos que la nostalgia avizora





​​los descuidados signos que el adolescente en Bretaña dotó a la pared
no coincidieron exactamente con los que en el colegio mexicano
Ricardo grabó en un apuro endemoniado
para que todos los que asistieran en fila al urinario supieran
que sus flechas irían por siempre clavadas a una tal Rebeca que
no acertaron a adivinar cual de las tres hembras de aquel año era: Rebeca Díaz/
Rebeca García/ Rosa Rebeca Beltrán.

años más tarde
otra mano dibujaba en aquellas paredes nombres y flechas
porque los anteriores habían sido borrados con cal…
en Londres o en Sonora,
las incógnitas huellas de un amor primario eran calificadas de irreverentes.
mundana urbe que en las letrinas
desahogan sus miserias creyendo entregar las almas.

constantemente, los del XX como los del XXI, se aferran al ejercicio de dibujar
en los muros. constantemente pienso
ensimismado en el lomo del animal prehistórico
porqué no hubo una flecha cuajada de rosas y perfume matinal para la dama, la primera que permitió introducir el fuego en la caverna. ¿quizá
fue aquel corazón impreciso que, por olvido,
no tuvo iniciales?

de alguna forma
los nombres del antepasado cuelgan desde esta ventana
hoy abierta a esa ciudad que tiene de Europa y de América
y en donde la lluvia ha venido a salpicar mi nostalgia
acaso porque no me atrevo a garabatear la casa con nombres
bordeando la comisura del mío
labrando un único lenguaje donde se diga:
la suerte que aquí crece tiene de cuerpo domesticado,
de ensueño y arrogancia,
voraz imagen de ir asumiendo la falta con impía libertad.
¿habrá que ser adolescente o prehistórico para abrir de símbolos esta pared
donde creo que te reclinas para observarme,
donde asumo que la bondad se aferra a mentir
entre muros
sobre muros
y hace cómplices de tanto lenguaje tardío?,
lengua que dice
ser bisonte y bestia y hombre petrificado
en cada estocada que el tiempo empuña.



Ihosvany Hernández González





​​Ihosvany Hernández González
. Ciudad de la Habana, Cuba, 1974. Publica su primer poemario Verdades que el tiempo ignora en Linden Lane Press (Estados Unidos, 2011). Es ganador del Primer Premio del concurso de cuentos Nuestra Palabra (Canadá, 2010), del Premio de reseña literaria Azafrány Cinabrio ediciones (México, 2008), así como del Segundo Premio de la categoría cuento del evento Tendiendo Puentes convocado por la Universidad de Toronto (Canadá, 2005), entre otros reconocimientos literarios. Sus poemas y cuentos aparecen en antologías y revistas literarias de Estados Unidos y Canadá. Desde el 2004 reside en Montreal.

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